Monday, April 12, 2010

¿Confiamos demasiado en la información y la tecnología? Parte II

La confrontación

En este juego de guerra no sólo se confrontaban dos ejércitos, sino también dos doctrinas militares o formas de guerra opuestas. El equipo azul con doctrina de la Guerra centrada en redes basada en sistemas interconectados y gran cantidad de información sacando ventaja de la gran cantidad de recursos humanos y tecnológicos de los que disponía. Por el otro lado, una doctrina que se le llama Guerra de maniobras (Maneuver warfare) basada en la economía del esfuerzo, informacion escasa, toma de decisiones descentalizada y el engaño (Deception). En algún próximas publicaciones ahondaré en la Guerra de Maniobras y en sus posibles aplicaciones a Cloud Computing.

El primer día de la confrontación el equipo azul desembarcó miles de soldados en las costas del país del equipo rojo. Colocaron un grupo de ataque con portaaviones en la costas, mostrando su poderío militar. Entonces enviaron un ultimatum al equipo rojo dentro del cual se les exigía la rendición incondicional dentro de las siguientes 24 horas. El sistema de toma de decisiones del equipo azul había mostrado los puntos vulnerables del equipo rojo, cuál era su respuesta más probable y qué opciones tenía. El equipo azul atacó las torres de radio y las fibras ópticas para que el equipo rojo se viera obligado a usar teléfonos saltelitales y celulares, fáciles de intervenir para escuchar sus conversaciones.

Sin embargo, el equipo rojo no se comportó según lo previsto por los modelos de cómputo, que era rendirse. En el segundo día, mediante mensajeros en motocicletas, mensajes ocultos en oraciones y comunicación por luces, el equipo rojo se coordinó y atacó, por sorpresa, con aviones, misiles y una flotilla de pequeñas embarcaciones, al equipo azul hundiéndole 16 barcos, aproximadamente la mitad de la flota. Si este ejercicio fuese una batalla real, habrían muerto más de 20,000 soldados antes de que su ejército hubiese lanzado su primer ataque de invasión planeado. Paul von Riper comentó: "Elegimos los barcos que queriamos, el portaviones, los cruceros más grandes... tenían seis buques anfibios, destruimos cinco".

¡¿Qué?! ¿Un ejército sin comunicaciones electrónicas, sin los sistemas tecnológicos, sin las armas y el poderio militar, sin la cantidad de información que tenia el equipo azul iba ganando?. Aunque parezca increible, así fue. La arrogancia, la soberbia, nubla la mente. ¿Estarían satisfechos los organizadores del juego con este resultado? Claro que NO, debía quedar validada, sin lugar a dudas, la supremacía de un ejército con sistemas interconectados y gran cantidad de información. Por tal motivo, "refloraron" los barcos hundidos y comenzaron de nuevo el juego. Borrón y cuenta nueva. Pero esta vez, al equipo rojo le dieron el "guión" que debía seguir, es decir le dijeron que hacer y cuando hacerlo, para que así el equipo azul supiera lo que haría el equipo rojo y en consecuencia, sin lugar a dudas, ganara el equipo azul, ganara la doctrina de Guerra centrada en redes. El Gral. Paul van Riper abondonó el juego en protesta a esta acción de los organizadores del Millennium Challenge 2002.

Conclusiones

¿Qué nos muestra esta historia?

Pueden haber muchas conclusiones, diversas, pero una que debemos considerar es que la tecnología y la información son herramientas y recursos útiles y requeridos, pero las estrategias, tácticas, maniobras, técnicas y procesos no deben ser dependientes de ellas totalmente. Si bien la tecnología y la información nos facilitan el trabajo y nos ayudan construir ventajas, el ingenio y el liderazgo son piezas clave para diseñar, implementar y ejecutar las estrategias que nos llevarán obtener los resultados deseados.

En una ocasión le preguntaron al inversionista George Soros cómo tomaba decisiones, cúal era su técnica, pues de ser hijo de una familia de clase media había llegado a ser multimillonario. Él respondió que hacía complejos cálculos financieros para llegar a conclusiones y así tomar decisiones acertadas, pero uno de sus hijos que llevaba años observándole, dijo que las mejores decisiones que había tomado su padre las tomó cuando más le dolía la espalda. Es decir, George Soros no era conciente de los sintomas que reflejaba su cuerpo. Su mente reflejaba una inclinación por el análisis financiero, y posiblemente su cuerpo reflejaba el resultado de la síntesis que hacía en forma no consciente, y tal vez en forma intuitiva.

Como podemos observar, no es imprescindible disponer de grandes cantidades de información de toda índole y sistemas sofisticados de análisis para tomar decisiones acertadas. En todo sistema de información, técnica y estrategia debe existir un espacio para explotar el ingenio, el liderazgo, la intuición y la sorpresa. En próximas publicaciones presentaré como la doctrina de Guerra de maniobras emplea estos cuatro elementos en los negocios.

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