Thursday, April 22, 2010

¡Oh!... y ahora... ¿quién podrá defenderme?... PARTE I

La venta de registos (bases de datos) de varias entidades de Gobierno, de Compañías telefónicas y de Bancos en Tepido (Ciudad de México) y on-line (Youtube) son una pequeña muestra de la penetración del crimen organizado en los sistemas de información de entidades públicas y privadas. Información que puede ser utilizada de muchas formas según la creatividad de quienes la poseen.

El espionaje y la inteligencia, es decir adquirir información y codificarla en forma útil sobre el enemigo, ha sido pieza fundamental para el diseño de estrategias y cursos de acción en conflictos armados a través de la historia. Sin embago, en la actualidad los conflictos armados o la lucha por el PODER traspasan las formas convencionales del pasado, por lo cual es necesario redefinir la doctrina y reenfocar la voluntad de defensa del Estado para el beneficio de la población.

Mientras que el gobierno federal, en palabras del Secretario de Gobernación, espera y desea que la delincuencia organizada desarrolle una “GUERRA DE FRENTE”, como en el siglo XIX y la Primera Guerra Mundial, no hay un deseo más alejado de la realidad, y la población sufre las concencuencias. Tal vez por esta razón pareciera que la estrategia central actual contra el crimen organizado se concentra en un conflicto armado entre el Ejército y la Marina contra las organizaciones criminales en el país.

Pero.. ¿es todo esto que está pasando en México, una guerra?

Según Carl von Clausewitz la guerra es un conflicto, un enfrentamiento de voluntades opuestas, en el que es necesario, esencial y vital recurrir a las creaciones del arte y de la ciencia para resolver, solucionar o disolver esa situación. La guerra es la continuación de la política por otros medios; es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al enemigo o adversario. La guerra es voluntad, inteligencia, arte, crueldad, estrategia y la clara conciencia de la absoluta necesidad de resultar victorioso (De la guerra, Carl von Clausewitz).

El tema central es la imposición de la voluntad de una parte sobre la otra. La política lo hace sin armas a través de “negociaciones”, la guerra es el medio para hacerlo a través de la fuerza de las armas (poderío bélico). La acción de influir o someter voluntades es la muestra más tangible del PODER llámese seducción, persuasión, chantaje, extrosión o coerción. El poder puede ser legal o ilegal, pero al fin y al cabo es poder real. El Estado con sus leyes, funcionarios, legisladores y sistema judicial debería tener el monopolio del PODER en el país, sin embargo existen otros grupos que ejercen un poder ilegal o “negociado” opuesto a la voluntad de la población. El crimen organizado impone y protege sus intereses económicos (voluntad) a la población.

Según la doctrina de la Guerra de Maniobras (maneuver warfare), para que un Estado y su ejército pueda ganar una guerra se requiere de cuatro factores clave: a) Voluntad nacional o del pueblo, b) Pericia táctica y técnica, c) Liderazgo, y d) Inteligencia. Por supuesto, todos estos factores deben estar alineados a una Gran Estrategia de Estado (que debe incluir las políticas y programas de Defensa, Educación, Tecnología, Economía, Salud, Seguridad, Justicia, Legalidad) y en contexto con los retos nacionales y globales que enfrenta la población. Todos estos factores implican hacer una tarea titánica y bajo las circunstancias actuales, es prácticamente imposible. Porque es necesario que los funcionarios de Gobierno y Legisladores comiencen a dar prioridad a los intereses de la población en lugar de sus propios intereses políticos y económicos, que la Sociedad sea conciente y se prepare para provocar un cambio, que deje de ser un “tabu” el que la población pueda aprender e influir en las políticas de Defensa Nacional, y que todos estos esfuerzos y voluntades tengan objetivos afines.

Guerra de cuarta generación

La guerra asimétrica ha existido desde tiempos remotos y se puede representar como el caso “David contra Goliad”. La guerra asimétrica da origen a la llamada guerra de cuarta generación para referirse a los conflictos transnacionales que enfrenta un Estado contra el crimen organizado (mafias), mercenarios, grupos terroristas, guerrilleros, extremistas religiosos, hackers, países “rudos” e incluso grandes empresas. Los grupos que ejecutan una guerra de cuarta generación se caracterizan por no realizar una “GUERRA DE FRENTE” sino ataques puntuales, y se valen de la corrupción, incompetencia y coersión a funcionarios públicos y privados para proteger y hacer “prosperar” sus actividades económicas y estratégicas.

El arsenal con el que cuentan estos grupos no son sólamente armas de fuego sofisticadas sino que cuentan con doctrinas enraizadas, códigos de operación, centros de información-desinformación y herramientas informáticas y personal especializado para penetrar sistemas de información de diferentes formas. Esta situación nos lleva al campo de la Guerra en sistemas de información.

Information warfare
(Guerra en sistemas de información)

Continuará...

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