Thursday, April 25, 2013

No todo es lo que parece


“Es todo tan sencillo, Anjin–san, sólo cambia tu concepto del mundo.” —Shogun de James Clavell.

Hace poco más de una semana, le decía a un buen amigo que a pesar de la popularidad y los buenos augurios de algunos especialistas con los que comparto algunos puntos de vista, algo en Bitcoin (BTC) no me gustaba del todo.

Bitcoin es una divisa digital, cripto-divisa, que se ha hecho popular porque no depende de algún gobierno, tampoco de los bancos, ofrece cierto anonimato, los costos de transferencia son muy bajos, y no puede generarse la inflación convencional, es decir, aumentar la cantidad de Bitcoins a discreción, sino que su suministro estará limitado hasta 2040 cuando alcanzaría su número máximo de 21 millones de Bitcoins. Sin embargo, el precio puede ser muy volátil e inflarse como una burbuja. Bitcoin se ha convertido en un refugio y una bandera de rebeldía contra el sistema monetario y el sistema bancario mundiales; de tal forma que algunos grupos autodenominados libertarios piensan que Bitcoin los reemplazará.

El primero de enero de este año, Bitcoin tenía un precio de 13.55 dólares. Poco a poco venía incrementando su precio, pero después de la confiscación de cuentas bancarias en Chipre se aceleró. El miércoles 10 de abril, la semana pasada, Bitcoin alcanzó su precio máximo por encima de los 260 dólares, pero ese mismo día caería a 105 dólares, se volvería a recuperar por arriba de los 200 dólares, para después volver a bajar a unos 130 dólares, todo esto en un solo día. En los días siguientes el precio oscilaría con una tendencia a la baja, y ahora, noche de martes, el precio se encuentra alrededor de los 70 dólares.

Así es como la divisa digital más popular, y símbolo de la libertad para algunos, ha mostrado su vulnerabilidad a la especulación. Personas que convirtieron sus ahorros en Bitcoins cuando el precio era alto, han perdido una parte significativa que difícilmente recuperarán en el corto plazo. Lo mismo aplica para las demás cripto-divisas que existen y compiten con Bitcoin.

Enfrentarse al sistema bancario y al sistema monetario no es cosa menor. Estos sistemas harán todo lo posible para evitar que se reduzca su oligopolio sobre la creación y control del dinero y del crédito. Y muestra es esto es el ataque que inició el viernes pasado hacia los metales preciosos que provocó la caída en su precio.

Ahora bien, en metales preciosos básicamente hay dos formas de invertir; una es adquirir metales preciosos (físicos) y otra contratos (papel) sobre derivados financieros, acciones… Los precios que se publican son para el papel, futuros, que en la mayoría de las veces no buscan convertir este contrato en el metal, sino únicamente tener una ganancia financiera. Según Antal Fekete, la base del oro no se puede manipular, ya que el oro físico comprado en efectivo es más costoso que el contrato a futuro de oro más corto (manipulable).

¿Cómo se puede explicar que el precio de un producto disminuya si la demanda ha aumentado considerablemente (en la plata física hay 50 compradores por 1 vendedor), los inventarios están en mínimos históricos y el suministro (oferta) no ha crecido para satisfacer la demanda; incluso se percibe que se está racionando la entrega de los metales físicos? Según las reglas de la oferta y la demanda, en un mercado libre, el precio debe aumentar, pero está ocurriendo precisamente todo lo contrario. Aquí es donde viene la desconexión del mercado de papel con el mercado de los metales físicos.

Para leer el artículo completo, visita: http://periodismoobjetivo.com/fiscal/af-abr17/

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